El pasado jueves 9 de julio los invitamos a embarcarse en una aventura lingüística. La campaña para crear una #nuevapalabra está pensada, en la superficie, para incentivar a escribir palabras a los usuarios de dos de las redes sociales más importantes: Facebook y Twitter. En Facebook se conectan 936 millones de personas a diario, más impresionante aún es que cada segundo se crean 5 cuentas nuevas, cada 60 segundos se escriben 510 comentarios y 293,000 estatus son actualizados. En Twitter, el 56% de sus usuarios está activo y escribe.
Es un hecho que en redes sociales escribimos, como también es un hecho que existe una inquietud por utilizar palabras que no están respaldadas por ninguna academia. Y aunque la RAE es cada día más indulgente e incrementa palabras nuevas, siguen existiendo formas no avaladas, en uso.
Uniendo estos dos fenómenos, como lo expuse inicialmente, sí, #nuevapalabra promueve la escritura en redes, pero más profundamente hace que el lector piense en las palabras, y no sólo en las nuevas, porque para crear una definición estamos pensando en las existentes. Algunos irán más allá y pensarán en la etimología de una palabra para que, a lado de las palabras del diccionario, no luzcan tan desemejantes; así como también dará lugar para que se cuelen jergas bien o mal escritas. Todo es válido y es parte del juego que propone #nuevapalabra.
Para mí es inevitable recordar a William Shakespeare, a Lewis Carroll, a Julio Cortázar y a poetas como Jorge Enrique Adoum o Gabriela Mistral para quienes las palabras del diccionario no eran suficientes para expresarse en sus textos. Esta campaña nos permite reparar en esos sentimientos, acciones, u objetos que no tienen una palabra para definirlos. Esta campaña nos permite pensar jugando con el lenguaje, y habrá quien la tome en serio y quiera escribir algo trascendente, como habrá alguien que simplemente entre al juego; al final así es la dinámica de las redes sociales, y nosotros la aceptamos. Aquí planeamos el ejercicio, ustedes sabrán cuál camino seguir, pero advertencia, al final de ese camino, habrá un proceso de edición en el cual no todas las palabras entrarán al libro, por ejemplo, las que no son nuevas, las que no constan en el diccionario pero ya han sido utilizadas, las que tienen faltas ortográficas. ¿Por qué? Porque esa #nuevapalabra lleva su nombre y tiene que haber sido generada por quien la escribe, y nuevamente, ¿por qué? Porque va a ser perpetuada por tres escritores hispanoamericanos que han aceptado la propuesta: Patricia Esteban Erlés de España, Raúl Brasca de Argentina y Ernesto Noboa (JotaKintana) de Ecuador.
El registro de palabras está abierto hasta el 7 de agosto, para pasar a revisión, corrección y descarte, y que el 15 de agosto, el libro pueda ser entregado al finalizar el IV Festival Ciudad Mínima en la Feria del Libro de Guayaquil. Ese día serán anunciadas las palabras elegidas por los escritores que hasta la fecha se unan a la propuesta.
¿Qué tienen que hacer para participar? Ingresar a www.nuevapalabra.com, aceptando las condiciones de la aplicación vía Twitter o Facebook, con datos necesarios para que ustedes como escritores de un libro, acepten la publicación de su(s) palabra(s) en el mismo, y que esta(s) sean elegibles para que Patricia, Raúl y Ernesto escriban un cuento, microcuento o poema con ella. Esto es legal e implica seriedad en esta parte del proceso.
¿Cómo hacer que las personas lean la #nuevapalabra? Descargándola de su página en la sección "Mis palabras" o inmediatamente después de publicarla. El hecho de compartir su palabra puede a lo mejor animar a sus contactos no sólo a pensar en su palabra, o a comentarla, pero a ese lector a participar de este ejercicio de escritura.
¿Cómo se llama esa sensación de languidez que nos invade mucho antes de la hora del almuerzo? ¿Cómo le decimos a ese golpe de suerte de no poder llegar a clases y que el profesor tampoco pueda llegar? ¿Cómo le ponemos a esa ansiedad por que llegue el día del estreno de nuestra serie o película favorita? Estamos de acuerdo, ¿no? Faltan palabras.
Hoy tú tienes el poder de escribir una #nuevapalabra.
Uniendo estos dos fenómenos, como lo expuse inicialmente, sí, #nuevapalabra promueve la escritura en redes, pero más profundamente hace que el lector piense en las palabras, y no sólo en las nuevas, porque para crear una definición estamos pensando en las existentes. Algunos irán más allá y pensarán en la etimología de una palabra para que, a lado de las palabras del diccionario, no luzcan tan desemejantes; así como también dará lugar para que se cuelen jergas bien o mal escritas. Todo es válido y es parte del juego que propone #nuevapalabra.
Para mí es inevitable recordar a William Shakespeare, a Lewis Carroll, a Julio Cortázar y a poetas como Jorge Enrique Adoum o Gabriela Mistral para quienes las palabras del diccionario no eran suficientes para expresarse en sus textos. Esta campaña nos permite reparar en esos sentimientos, acciones, u objetos que no tienen una palabra para definirlos. Esta campaña nos permite pensar jugando con el lenguaje, y habrá quien la tome en serio y quiera escribir algo trascendente, como habrá alguien que simplemente entre al juego; al final así es la dinámica de las redes sociales, y nosotros la aceptamos. Aquí planeamos el ejercicio, ustedes sabrán cuál camino seguir, pero advertencia, al final de ese camino, habrá un proceso de edición en el cual no todas las palabras entrarán al libro, por ejemplo, las que no son nuevas, las que no constan en el diccionario pero ya han sido utilizadas, las que tienen faltas ortográficas. ¿Por qué? Porque esa #nuevapalabra lleva su nombre y tiene que haber sido generada por quien la escribe, y nuevamente, ¿por qué? Porque va a ser perpetuada por tres escritores hispanoamericanos que han aceptado la propuesta: Patricia Esteban Erlés de España, Raúl Brasca de Argentina y Ernesto Noboa (JotaKintana) de Ecuador.
El registro de palabras está abierto hasta el 7 de agosto, para pasar a revisión, corrección y descarte, y que el 15 de agosto, el libro pueda ser entregado al finalizar el IV Festival Ciudad Mínima en la Feria del Libro de Guayaquil. Ese día serán anunciadas las palabras elegidas por los escritores que hasta la fecha se unan a la propuesta.
¿Qué tienen que hacer para participar? Ingresar a www.nuevapalabra.com, aceptando las condiciones de la aplicación vía Twitter o Facebook, con datos necesarios para que ustedes como escritores de un libro, acepten la publicación de su(s) palabra(s) en el mismo, y que esta(s) sean elegibles para que Patricia, Raúl y Ernesto escriban un cuento, microcuento o poema con ella. Esto es legal e implica seriedad en esta parte del proceso.
¿Cómo hacer que las personas lean la #nuevapalabra? Descargándola de su página en la sección "Mis palabras" o inmediatamente después de publicarla. El hecho de compartir su palabra puede a lo mejor animar a sus contactos no sólo a pensar en su palabra, o a comentarla, pero a ese lector a participar de este ejercicio de escritura.
¿Cómo se llama esa sensación de languidez que nos invade mucho antes de la hora del almuerzo? ¿Cómo le decimos a ese golpe de suerte de no poder llegar a clases y que el profesor tampoco pueda llegar? ¿Cómo le ponemos a esa ansiedad por que llegue el día del estreno de nuestra serie o película favorita? Estamos de acuerdo, ¿no? Faltan palabras.
Hoy tú tienes el poder de escribir una #nuevapalabra.
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